miércoles, 5 de febrero de 2014

De Manos Frías al Buceo

A todo el mundo le ha pasado alguna vez en invierno que va a hacerle una caricia a su pareja y automáticamente le da un escalofrío y te aparta la mano rápidamente diciendo que la tienes helada, o al vestirnos evitamos casi cualquier contacto con nuestras manos por ser casi bloques de hielo. Y lo más común de todo: tener los pies helados y no sentir ni un pinchazo en ellos.

Pues todo esto tiene una explicación y un culpable: el sistema nervioso simpático

El sistema nervioso simpático integra, junto con el sistema parasimpático, el sistema nervioso autónomo (SNA).
Se encarga de la inervación de los músculos lisos, el músculo cardíaco y las glándulas de todo el organismo. Su función se puede considerar relativamente independiente del sistema nervioso somático, pues cuando se destruyen las conexiones con elsistema nervioso central (SNC) y la porción periférica del sistema nervioso autónomo, todavía siguen funcionando las estructuras inervadas por él. Sin embargo, esta independencia no es total, ya que la actividad del SNA puede ser aumentada o disminuida por el sistema nervioso central, en particular, por la corteza cerebral. (Fuente: Wikipedia)
La explicación es bastante simple: preservación del calor corporal, minimizar la pérdida de calor corporal y evitar la hipotermia. En invierno, la temperatura ambiental es relativamente baja (dependiendo de la zona donde vivamos) y por mucho que nos abriguemos seguimos teniendo zonas de nuestro más expuestas al aire, normalmente manos, pies y cara. Estas zonas suelen ser las que siempre están heladas y se debe a que nuestro sistema nervioso se encarga de modificar el flujo sanguíneo que recorre esas zonas.



Observemos por un momento la siguiente imagen:


La piel se divide principalmente en las 3 capas que se ven: Epidermis (capa externa compuesta de células muertas), Dermis (capa intermedia) e Hipodermis (capa interna). Estas últimas capas están compuestas por células vivas y por lo tanto necesitan irrigación sanguínea. A temperaturas normales (25 ºC aproximadamente) el flujo por los capilares de estas zonas de la piel es totalmente normal, pero a temperaturas bajas (como las de invierno) los capilares de la dermis "se cierran" parcialmente (mediado por el sistema nervioso simpático) haciendo que el flujo de sangre por estas zonas sea menor. Este cierre se debe a que la sangre tiene una temperatura superior a la ambiental y si siguiera circulando por la parte "exterior" de la piel (dermis) ese calor se perdería desprendiéndose al exterior. Así el cuerpo intenta mantener lo más posible el calor interno para evitar bajada de temperatura y problemas fisiológicos. De esta forma, al no haber mucho flujo sanguíneo por esas zonas, se enfrían más rápidamente y podemos acercarnos a nuestra pareja para darle caricias.

Este mismo fenómeno ocurre en los mamíferos marinos y en algunas especies animales que bucean durante largos periodos de tiempo a grandes profundidades, aunque está más relacionado con la falta de oxígeno que con la pérdida de calor. Estos animales son capaces de regular el flujo sanguíneo y restringirlo a las zonas corporales esenciales durante el tiempo que dura el buceo, como son el cerebro, órganos sensoriales, musculatura y sobre todo, corazón. Éste último es capaz de reducir también su frecuencia cardíaca (bradicardia) para que el flujo sanguíneo sea más lento y el reparto de oxígeno más eficiente.


Espero que este primer post haya sido claro y os guste, sino, estoy abierto a sugerencias tanto de forma de explicar como de temas sobre los que tratar. ¡Ya sabéis donde encontrarme! 

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