martes, 27 de mayo de 2014

Cáncer y Ciclo Celular

No hace mucho recibí una imagen a través de esos mensajes virales por WhatsApp, Facebook y redes sociales en general; normalmente suelo ignorarlos totalmente, pero esta vez fue algo muy llamativo:
Como podéis leer se trata de una fruta milagrosa que se encuentra en la zona intertropical de América, cuya propiedad más llamativa (e investigada por "una Universidad Británica") es la cura del cáncer. Y como no puede ser de otra manera, las malvadas farmacéuticas no van a dejar que nos enteremos de ello.

No puedo evitar reírme. Es el típico caso de mensaje viral que no tiene base científica que tergiversa lo que hayan podido investigar científicos reales; es un caso un poco extremo, pero solo hay que ver las noticias diarias y darse cuenta que cuando unos investigadores descubren un nuevo mecanismo celular, un nuevo fármaco que tiene potencial, etc. se estira la noticia hasta dar idea de que hay nuevas curas de enfermedades o se está más cerca de obtenerlas. 

Voy a aprovechar este post para intentar dar unas pinceladas sobre el cáncer, y para ello primero voy a empezar por lo más básico: El Ciclo Celular.

Nuestro cuerpo esta compuesto por más de cincuenta billones de células, separadas en aproximadamente unos 200 tipos diferentes, pero todas tienen unas características comunes y se comportan (a nivel general) de forma similar. Uno de estos comportamientos comunes es el ya mencionado ciclo celular, que no consiste en otra cosa que en la división de una célula para dar lugar a dos células.
Las fases del ciclo se dividen en dos: mitosis e interfase. La mitosis es donde se produce la división del núcleo celular y posteriormente de la célula (citocinesis), siendo en realidad la fase que menos tiempo dura. La interfase es la fase de mayor duración y donde ocurren la mayor cantidad de procesos importantes para el ciclo celular. La primera etapa de la interfase sería la G1, donde la célula se encuentra en crecimiento, pero no se produce replicación de su ADN; a continuación ocurre la fase S, donde se produce la replicación del material genético; y por último, la fase G2, donde continúa el crecimiento celular y se sintetizan proteínas necesarias para la mistosis.
La mitosis a su vez también se encuentra dividida en cuatro fases: Profase, Metafase, Anafase y Telofase, donde poco a poco se condensan los cromosomas (Profase), se alinean en el huso mitótico (Metafase), se separan las cromátidas hermanas migrando hacia los polos opuestos (Anafase) y se produce la citocinesis (Telofase).
Eso sería explicarlo muy de pasada, ya que este ciclo celular se encuentra extremadamente regulado por la propia célula que va a dividirse y por el medio que la rodea. De esta forma se evita que células defectuosas se multipliquen y den lugar a problemas en el cuerpo, pero hay ocasiones en las que esas células defectuosas se salten los controles y se multipliquen.

Esto me hace volver al tema principal de este post, el cáncer. Un cáncer no es más que una proliferación continua e incontrolada de células. Esta proliferación se debe a que las células no responden correctamente a las señales enviadas por el medio o por los propios puntos de control del ciclo celular.
Hay una gran cantidad de tipos de cáncer, dependiendo de las células afectadas, pero hay que diferenciar un par de términos: tumor benigno y maligno. El primero no implica ningún peligro, ya que se queda confinado en la zona donde se ha originado (como las verrugas); mientras que el segundo es capaz de invadir el tejido adyacente y de propagarse por el cuerpo mediante el sistema circulatorio y linfático (metástasis). Siguiendo estos términos, solo a los tumores malignos se les denomina cánceres, ya que los benignos se pueden tratar de forma muy eficiente y no suponen ningún peligro.
Otro tipo de clasificación es el tipo de tejido afectado, teniendo entonces los grupos de carcinomas (tejido epitelial), sarcomas (tejido conectivos) y leucemias o linfomas (células hematopoyéticas y del sistema inmune).

Lo que hace tan peligroso al cáncer propiamente dicho es la posibilidad de extenderse a otras zonas del cuerpo (metástasis), lo que conlleva a la formación de nuevos tumores en el cuerpo, haciendo más difícil su tratamiento. Y ¿por qué ese difícil tratamiento? Sobre todo por la diversidad de causas que provocan la formación de cáncer y la imposibilidad de unificar un tratamiento para todas ellas. Entre las causas tenemos los compuestos carcínógenos, como son los que encontramos en el tabaco; la radiación ultravioleta; o incluso algunos virus, y por supuesto, sin olvidar la acumulación de errores en el ADN debida a las sucesivas divisiones celulares con el tiempo. Todos estas causas actúan de forma que mutan el ADN provocando errores y permitiendo que la célula se salte los puntos de control del ciclo celular, o promueven la proliferación de las células. Además, una de las características de las células cancerosas es que no se encuentran limitadas por las señales que les envía el medio o las células vecinas, saltándose los fenómenos de inhibición de la proliferación dependiente de la densidad y la inhibición por contacto, que si ocurre en células normales.

Como final de este post resumido sobre el cáncer (si, resumido, porque habría tanto que decir sobre el tema) tengo que decir que no se puede unificar una sola cura para el cáncer (y menos solo tomando una fruta), ya que existen multitud de variables a tener en cuenta para cada tipo de cáncer y para individuo. Lo que si se está haciendo es investigar las bases de cada tipo de cáncer y sus mecanismos, lo que nos llevará a ser capaz de saber donde "atacar" de forma más directa y posiblemente a una cura.

Espero que la entrada os guste y me haya explicado, si no, contactad conmigo para las mejoras. ¡Ya sabéis donde encontrarme!

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